Ya hablamos en el blog de ''Superviviente'', otra obra del mismo autor, soy un tipo recalcitrante. No destriparé el libro, pero os contaré algo más que lo que hacen las sipnosis de turno que me ha dado por mirar porque olvidaba cosas como los nombres de los personajes. La leí hace unos años y fue una gran decepción. La memoria es selectiva.
Victor Mancini es estudiante de Medicina fracasado, con un curro inseguro y malpagado que desprecia, sin un duro (muy expuesto a la ayuda de los demás, ahora cuento) y con un solo progenitor, su madre, a la que debe costear una residencia encima porque no anda muy fina de la azotea (vamos, chalada perdida). Lleva todo eso con sarcasmo contra el mundo (como personaje al uso de Palahniuk por lo que he visto hasta ahora) y con sexo desenfrenado (bueno, ya es alguna novedad).
Que bien, un personaje con el que me puedo identificar, oye. Mancini trabaja en el campo del entretenimiento y la simulación. No son precisamente los juegos de rol, pero parecido: hace de extra en un parque temático del pasado de EEUU, viste mallas ridículas y a veces le toca hacer de delincuente en el cepo durante su horario laboral. Esto no es lo suficientemente chocante para el autor, así que se saca unos cuantos extras con más simulación: va a restaurantes y finge atragantarse con la comida. Normalmente le servía para comer bien y que el perdonaran la cuenta o, siempre hay alguien que sabe hacer la maniobra esa de presionar la barriga desde atrás para desatascarle la tráquea (puedo mirar como se llama en internés, pero igual mencionada no se pilla la idea tan bien). Esto hace feliz a alguien convirtiéndole en héroe por un día, y descubre que si mantiene el contacto, el afortunado salvador sigue preocupándose por él y aprovecha para pegarle algún que otro sablazo. Como una prostituta de país de turismo sexual, tiene toda una agenda de gente a la que llorarle para que le suelten pasta aunque ni se vean.
Toda la parte en que nos cuenta este asunto y como se articula este timo en el que el que cae lo hace él solito por sentirse mejor, es lo mejor del libro y se lee bien. Es interesante como habla de la mentalidad del hombre corriente y viene a articularse a su vez como una crítica social, que es uno de los (agradables) vicios de Palahniuk. Tampoco lo paso mal cuando nos explica como funciona un parque temático de ese tipo (una especie de feria medieval para entendernos) y aunque no despega, todo va bien.
Sin embargo, es más fallido el asunto de la adicción al sexo del protagonista, que como todos los protagonistas de esta época del autor, tiene costumbres sórdidas o chocantes que conllevan la mentira para un tercero y poco menos que la autodestrucción para el prota: se hace pasar por enfermo que espera mejorar en terapia de grupo para sexoadictos solamente para conocer mujeres con su mismo problema con las que pueda echar polvos sin nada de previos, compromisos ni las ordalías en que caemos en estas cosas, adictas a esa efímera sensación del polvo rápido con desconocidos.
Conviene orientaros un poco sobre el supuesto trastorno de la personalidad (o bueno, de la conducta, que se dice ahora) que es la adicción al sexo. Realmente se toma como un mal en EEUU que padece gente que no tiene problemas graves con la hipoteca o el comer al día, que le pasa a estrellas de Cine (que casualidad) y que suele ser eximente en casos donde se esgrime la infidelidad como causa de divorcio. Michael Douglas ha pasado por esto, y David Duchovny o Winona Rider también han pasado por tratamiento. Desconocemos si les ayudó porque la prensa desveló el asunto cuando les pillaron dándose el lote en un aeropuerto viniendo de un retiro para tratarse u algo así. Por lo que tiene sentido este mal aunque aquí los latinos por su cultura (y sus preocupaciones pecuniarias, no solamente por no poder pagar tratamientos privados para esto) estamos bastante lejos de reconocerlo como un mal endémico precisamente.
Volviendo al libro, cómo no, se justifica esto con la extraña infancia del protagonista huyendo de aquí para allá con su madre. Hay que remarcar que los pasajes en que trata este mal del prota no son pornográficos y tienen algo de gracia en su enfoque, pero son algo torpes. Por supuesto, tendremos otro mal de Palahniuk aquí: recopilar información curiosa/insólita y vomitarla de golpe encajando más mal que bien en la narrativa ¿Quieren saber como se indica mediante señales que hay polvo sin compromiso en el inodoro de un transporte público? Chuck, que es de esos escritores que se les nota demasiado haber estudiado periodismo por como casi nos agreden con su documentación, os lo cuenta.
En cuanto a narrativa tratando el caso de una persona que ha entrado en una dinámica de practicar sexo porque sí, por la experiencia, por sentir algo consigo mismo o como sea pero que no puede evitarlo dejándose llevar, además de ser algo torpe (o al menos aburrido) tenemos décadas antes un par de pasajes más certeros en ''La insportable levedad del ser'' (que es muy buen libro y entretenido a pesar de ser, posiblemente, la novela con el título más pedante de todos los tiempos).
El padre de Chuck pasaba por algo parecido, metiendo en muchos líos y encubrimientos a su retoño, que no entendía el asunto (ni por qué tantas, tan feas y tan improvisadamente), hasta que finalmente la pareja ultrajada de uno de sus affaires lo mató de un tiro. Chuck tiene la cara de alegar que escribió este libro para intentar acercarse a su padre y entenderle. Pues no entendió mucho el hombre, y ni se acerca a D.H. Lawrence mientras lo intenta, que fue otro provocador de oficio como él, pero con mucho más temple escribiendo.
El caso es que para terminar de tamizar (o salpicar) todo esto, tenemos a los personajes secundarios extraños, como el compañero de piso que colecciona piedras y la oscura revelación (es spoiler, pero es para engancharos): puede ser que Victor Mancini sea Jesucristo en su segunda venida y que se madre no sea solamente una secuestradora loca, sino que tenga razón.
El libro terminará con un bluff, no desinfándose porque todas las novelas de Chuck que he leído tienen en general muy buena mano con el ritmo y siempre pasan cosas. Sencillamente, eso tan gordo que iba a pasar no termina pasando del todo y fin. Si habeís visto ''El Club de la Lucha'' lo comprenderéis. Aquí no pasa algo muy distinto.
Aunque puede entretener y es de agradecer que sea un producto para un paladar distinto y mas ávido de picantes y sabores nuevos que el que lee, por ejemplo, novela romántica blandiporno o thrillers médicos, (subgéneros muy respetables), esto no es un gran libro ni tampoco destaca en esa especie de subgénero o estilo personal por iteración que se viene adjudicando injustamente a Chuck Plahaniuck, porque esta forma de enhebrar cosas chocantes para epatar se inventó hace mucho tiempo.
Hay una adaptación al Cine de esta medianía, pero es también mediocre. ''Asfixia'' No es un libro con tanto nervio como ''El Club de la Lucha'', pero en su caso es precisamente el dinamismo en un montaje salvaje y videoclipero lo que hace que pueda llegar bien y transmitir igual que el libro. Asfixia, el film resulta ser mucho más pausada, convencional y parece un telefilm. Su existencia no pasa de servir de mera anécdota para el curioso que quiera ver como lo cuentan en imágenes. Si el libro en si no apena llega a ser curioso y olvidable, el film solo ahonda en sus defectos. Novela recomendada solamente para los que busquen algo raro, un poco loco, un poco gamberro y no encuentren cualquier otro libro del autor (que iría mejor).
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