El video, un legado del equipo del estupendo He-Man Sabe lo Que Dice, que recordamos en este post de esta santa casa, lo tenía en favoritos para recuperar el hilo de los debates que nos pegamos Kalibre y servidor, poniendo en situación al personal y, especialmente, a mi interlocutor despistado, del que he sabido cuando el compartir un link del retonno de RuneQuest a sus orígenes le ha sacado de su letargo.
En cuanto al video, respeto la posición que expone y que parece que se nos olvida que ha hecho George Lucas para ponderarle. Bueno, es precisamente eso y por eso lo que pasa cuando no nos gustan nada sus nuevas pelis. No es algo que tenga que ver con que sean infantiles, sino como tratan la coherencia con lo anterior y se (es)fuerza demasiado en guiños y referencias con las antiguas, cuando lo que hacía falta es hacer una buena historia.
Tampoco es oro todo lo que reluce, no hizo Indiana Jones sólo, ni mucho menos, Spielberg no es manco, Irving Keshner se encargo de la segunda de Star Wars que se dice más redonda, y Lucas tuvo que capear prácticamente dirigiendo la tercera donde... los personajes andaban desdibujados y el mundo conoció a los Ewoks. Horreur.
Posiblemente la cosa venga de que independiente económicamente y bien pagado de sí mismo, no escucha consejo de nadie como sugieren en estos dos estupendos compendios (parte 1 & Parte 2) de las gafadas cometidas que, además, eran cosa de tiento y buen hacer coherente que no se tuvo. Habría salido más barato no meterlas (y no habrían afectado al potencial buscado y comprensible de vender más muñecos). Como no, asumo el argumento de que la trilogía es suya y se la puede torcer, sobrecargar y cargar (directamente) como quiera, está en su derecho. En el mío está también el que no me guste y diga por qué. Y si fue un maquinón, pues que ahora no atine que menos que sea más llamativo y decepcionante. Uwe Boll, por poner otro director-creador en escena, es como es con su marco y limitaciones, pero nunca me ha decepcionado, si bien tampoco he esperado nunca mucho de él ni me ha hecho, en parte e indeleblemente, ser como soy.
Supongo que al tiempo lo que traerá polémica es eso de que las versiones anteriores anden en continua revisión. Habiendo suficiente ganas y dineros, una persona como Paris Hilton, podrida de dinero y caprichosa, podría co-protagonizar Casablanca por arte del retoque digital y cual revisionismo de Orwell en la cultura del entretenimiento, las generaciones posteriores pensar que siempre fue así tal peli. En fin. La familia del actor que hizo de Darth Vader lo llevará peor gritando nooooooooouuuusss a juego en casa cuando revisen las pelis.
Una parte muy interesante del video que recordamos aquí y la razón por la que lo traemos a colación es como trata los referentes culturales de la trilogía original. Los previos y los posteriores, de donde bebió y a quien dio inspiración.
Es absolutamente cierto que importa un bledo que Star Wars remita a Kurosawa (o no, que la trama supuestamente imitada tampoco era muy original) y sin duda, bebe más de Lensman. De hecho, sería natural que se buscara la obra de Doc Smith como referente para alejarse de Flash Gordon, que era la fascinación de Lucas y lo que intentó hacer peli pero le negaron los derechos. Si yo quisiese hacer el juego de rol de G.I. Joe satisfaciendo a mi yo en el infancia, Hasbro seguramente me mandaría a tomar viento y para que no se me viese demasiado el plumero intentaría tomar lo que pudiese de la saga de Desaparecido en Combate y Ultra Force para mi ficción ipsacionista militar.
No se nos pase un punto tan interesante como éste, debemos algo TAN GRANDE como es la trilogía original a que no interesó entonces ceder unos derechos determinados. En fin, la historia de la cultura pop no es distinta a la Historia al uso en cuanto a los estragos que causa lo contingente y la casualidad. Quizás la adaptación posterior que se hizo del bueno de Flash era todo lo que podía dar de sí y tuvimos subtexto homo de regalo en lo que viene a ser en la space opera fílmica lo que Tom de Finlandia es en la ilustración costumbrista de....¿marineros y moteros?.
Vayamos a la sustancia del asunto. A veces quieres adaptar algo y no puedes, está eso de los derechos. Mezclas referentes o reinterpretas de donde iba a salir la obra y sale algo indiscutiblemente mejor, o al menos, más con los tiempos. Eterno lastre que frustra montones de adaptaciones y conversiones, haya o no mallas de por medio (eso de que veas la peli y digas, no sé, no mal en peli aunque es igual). Otras, algo está candente en la cultura pop, ya sean los ciborgs, los ninjas o los propios elementos de Star Wars, y te dedicas a explotarlo procurando hasta cierto punto que no se te note o, al menos, que no sea punible judicialmente por plagio.
La cultura popular estará dominada por los judíos como dice Abscence, tendrá demasiado su peso en Holywood dirán otros, pero el caso es que empezamos a saber como funciona desde algo después de que la antropología cultural decidiese echarle un ojo a ver que era eso. Como el resto de culturas o lo que algunos proponen como Cultura de verdad, se mueve y evoluciona. Se recrea continuamente aunque te cuente lo mismo, y no habla de los tiempos, habla de lo que tienen como trending topic, que se diría ahora, los consumidores a los que se dirige. Porque si algo marca a la cultura popular es que es mercado del entretenimiento y eso le hace más cara y aparatosa que los cuentos contados al lado del fuego, aunque sigue funcionando con reglas parecidas.
Star Wars no nació de la nada y eso no empaña su genialidad. Limitándome al mero concepto del vestuario de uno de sus personajes irrepetibles, la genialidad no está en usar el aspecto de un casco samurai, algo ya inventado, para darle máscara inescrutable a Vader como ya tenían otros malosos de la cultura popular, sino el hacerlo con un malo espacial en vez de poner un traje de atmósfera cero con la visera solar bajada que era lo que podríamos imaginar en esas lides. Mezclar también es inventar. Hay algo más en esas combinaciones que las anima, por eso a veces salen bien y otras no, y también hay que contar esas historias.
Starchasers, La Leyenda de Odin ¿era así la peli referenciada en el video? era una joya de mi cole en VHS que nadie quería ver como tal y solamente como un puro plagio. A mi me gustaba, funcionaba por sí misma y me importa un bledo de donde tomara ideas. Pero si algo ha cambiado en la cultura pop es la interconexión de sus consumidores gracias a la red y las redes sociales, y también además de corrientes hay modas de opinión. Mola ser el chico listo que ve los fallos y ser el primero en decirlo.
Me imagino unos años 60 ucrónicos con foros por teletipo y la peña cagándose en Thor porque es indigno para los vikingoamericanos hacer eso con su religión o señalando que este Stan Lee se creía muy listo pero que no era nada sin la ciencia ficción de los 50 que copiaba, o que su Capitán América no es el de antes Son cosas de los tiempos y también es que no hay tanta madera como para los flames que arden.
Pero los que nos interesan son los los hijos bastardos (no reconocidos) que explotan sin disimulo corrientes que tienen tirón en el momento. Muchas veces son productos hechos con la personalidad y el cuidado de la churrería con sus unidades para mojar en el café, y entonces se les denomina exploits venidos de la exploitation (explotación) de conceptos anteriores. Habiendo crecido con la revolución que supuso el videoreproductor doméstico magnético (a ustedes les queda la revolución de la red de redes, que tampoco es manca) culturalmente me alimenté y empaché de horribles subproducciones que imitaban a Conan, que fue lo más y la culpable de Ator el Poderoso, pero también de El Señor de las Bestias (mucho más disfrutable y con más pezones) o El Guerrero Rojo (otra exploitation que se toma en serio porque aparecía Chuache aunque disimulaba que no podía hacer de Conan por cuestiones de derechos). También es cierto que muchas veces ser considerado una mierda de exploitation u obra inspirada/deudora de es una cuestión de cuanta pasta metas en la producción, lo bien que te salga y como se te valore cuando el principio motor y los fines son lo mismo. Una cuestión de escala, digamos.
En mi infancia me tragué sin criterio alguno para distinguir ni separar tantas exploits de Mad Max que cuando por fin vi la primera me pareció que no tenía mucho sentido como originaria de la saga, y que la II no era tan divertida como las explotaciones italianas con mas palos y lanzallamas en los coches. Sí, la gasofa escaseaba, ¿pero que coño importaba?.
Y a esto, sumen otra miriada de producciones empujadas por la mítica saga de Star Wars. Ahora había ganas de hacer ciencia ficción del palo tirando a la space opera a pesar de los dineros que costaba en efectos. En este marco con decenas y decenas de películas hay joyas varias, que no por malas, dejaban de tener al menos algo de carácter subversivo y momentos de puro delirio. A los que se les atraganta que Star Wars les recuerde esa peli del Kurosawa deberían ser obligados como el pavo de La Naranja Mecánica a ver Los Siete Magníficos del Espacio, lisérgica e irrepetible por puro genio exploit, el re-referencialismo y hasta el error o el escamoteo inteligente de presupuesto tan de Roger Corman.
Exploitation. La cosa alcanza mucha desvergüenza con la moda de las artes marciales y los ninjas, otra base alimenticia de mi cultura de videoclub donde veías todo lo que llegaba allí y la gente alquilando pelis de 5 en 5 de media hacía que casi cualquier cosa fuera rentable. Pero tiene ya subtipos con la brucelee exploitation, un infierno de chinos y asiáticos en general (incluyendo filipinos) que, mira tú por donde, dio oportunidad al mismo Jackie Chan en sus primeros pinitos. El rollo era atender a la demanda inusitada de pelis de artes marciales de Lee, que habiendo tenido la mala educación de morirse en la cima del éxito internacional dejaba espacio para que cualquier imitador con una peli llena de ostias giratorias que ofrecer valiese para entretenerse un rato, uy, si valia.
Alien también tuvo la suya, hasta había tradición de continuaciones apócrifas que eran exploits sin mucho que ver. A algo como Inseminator (exploit de Alien, pero que remite a Terminator o la adaptación porno de dicha peli) le debo yo, supuestamente, el haber descubierto de donde vienen los niños. Si tienen curiosidad, les cuento que era una peli aburrida con momentos oníricos donde el alien se beneficiaba a la buenorra en forma menos meteforica-perversa que lo que concebió Giger en una extraña base espacial (o quizás era una nave) que recuerdo como una mina y donde ya en el infancia me llamaba la atención que usase el personal pantalones vaqueros. En el espacio, nadie puede oir el sonido de la bragueta de tus jeans... jo, el fantástico en liza y especialmente cuando el Cine se hace marginal en cuanto a violencia y sangre, siempre acaba cerca del lenguaje del porno, pero eso es otro tema.
Ninguna ganaría un Oscar, nunca se pegaría nadie tortas por conseguir distribuirla en DVD y, sin embargo, entretenían y eran disfrutables. Mas si le buscas ahora la cutrez con algo más de perspectiva. Pero el caso es que cumplían su cometido y, la tragedia, reside en que el Alien 3 de verdad fuera un pestiño de proporciones épicas y que eso tan original de violar a Ripley ya lo había inventado Insiminator o, ya puestos, La Galaxia del Terror antes de existir siquiera Alien, en fin.
A Kalibre cuesta entenderle, también sucede que él mismo no es un comunicador nato ni pope de la cultura (ni yo, que conste, que no voy por ahí). Es un consumidor cabreado que siente lo mismo en estos puntos que yo, pero no provee una reflexión, sino un angst o un rant de caballo venido de su insatisfacción cuando ahora las pelis le aburren y parece que son más mierdas con más dinero pero menos ideas.
Tenemos puntos en común. Alien 3 apesta. Will Smith no puede salvar una película mala de ser mierda (aunque vaya mucha gente a verla y cueste mucho) y no se puede hacer una buena película adaptada dulcificando, censurando, eliminando texto que pensar y sin tener algo de gamberro. Quizás tampoco se pueda hacer una buena película para el disfrute directo y descerebrado perdiéndose en dar un mensaje o un final corrector de moraleja.
También tenemos el punto en común de las tetas. Que haya desnudos frontales femeninos (los masculinos no sé por qué están mejor vistos, eso si que es machismo) no aporta nada a un film, es más suele ser gratuito y envilece quizás, pero cuando los hay, aparte de la gratificación de gratis de ver teta (que no molesta) nos indica que intenta hacerse la peli olvidable de turno: que se disfrute aunque vaya a ganarse críticas, una calificación que le castre ciertos puntos de exhibición y que es forraje para pasar un buen rato que, seguramente sin complejos y con lo que se llama ahora fan-service, nos vaya a entretener.
No me miren así, opino como decía Madonna en los 80 (agitadora social, lo quieran ver o no): que era extraño que pudiesen verse gente matándose en la tele pero no haciendo el amor, algo mucho más constructivo; pero es que el gore, la casquería, también nos gusta. El verlo, como cuando sale un pezón, también suele ser indicador de que la peli de turno no se tomará en serio y no seguirá las reglas establecidas de que gane el bueno, o sea edificante. Desde esta perspectiva, uno se alegra (y mucho) descubriendo en un visionado una teta o tripas fuera. Seguramente nuestros padres queriendo pasar un buen finde en el cine se alegraban lo mismo por casi las mismas razones cuando veían un escote absurdo para una princesa espacial o que cantaba demasiado el cartón piedra del decorado. ¡Viva la exploitation si lo otro es gafapastismo o aún más aburrido cine comercial estándar en carriles de producción puritanos! No creo que todo esto sea tan raro, aunque bien nos ha costado articular este mensaje, caramba. Y les hemos ahorrado unas decenas de horas de messenger y dos quedadas de café al menos para llegar a esto.
Y claro, ¿no hablábamos de rol?. Pues sí. Esa era la idea. Kalibre siente esto aplicable al rol, tanto como para exponer porque no le cala lo nuevo como que podría hacerse para ser más divertido. Ahora que (por fin) parece que tenemos reconducido esto, vamos a ver que deliberamos porque al menos a mí me parecen las concomitancias algo traídas por los pelos. El rol es cultura pop y por tanto hijo de su tiempo en sus sucesivos productos y encarnaciones, pero de ahí a poder encontrar sabiduría en la exploitation va un mundo que no sé si podremos recorrer en sucesivas entregas.
Lo intentaremos. A ver si terminamos de llegar al meollo.
Por cierto, sobre posts anteriores. Imágenes de videojuegos llenaban un post anterior porque eran diversos exploit de Mad Max, brillando con luz propia Metal Max. Ahora cogerán mejor el sentido de todo aquello. Nos leemos en la próxima.
A mí, sinceramente, no me importa si GLucas copió, o se inspiró, o plagió para crear su obra. Star Wars es tan referente cultural como El Señor de los Anillos y quien no esté de acuerdo no tiene mucha idea del tema.
ResponderEliminarMis desavenencias con GLucas tienen que ver única y exclusivamente con Star Wars en sí.
Él creó algo magnífico, realmente magnífico, con un alcance mucho mayor del "Yo soy tu padre". Creó una idea hace más de 30 años, una idea que se ha tomado como referente. Es suya, sí... pero también es de al menos dos generaciones de personas (una de las cuales, la que nació durante en los 80, realmente se embebió, nos embebimos, de toda esa idea) que crecieron alucinando con sables de luz, la Fuerza y la Estrella de la Muerte.
Una persona así tiene una responsabilidad. La tiene. Puede cambiar lo que le dé la gana, puede eliminar lo que prefiera, puede maquillar y re-maquillar toda su obra una y otra vez. Es suya y tiene el derecho. Pero no tiene el derecho de pajearse mentalmente y creerse dios por haber tenido UNA muy buena idea. UNA, no más.
Mirando las 6 películas (y nada más, nada de Universo Expandido, algo que GLucas autorizó como oficial y después cubrió de mierda) hay algo muy claro: la trilogía de precuelas sólo aprueban (y con sobresaliente) en el apartado de efectos especiales. Sí, no hay combates mejores, ni batallas mejores, ni duelos mejores, ni explosiones mejores. Bueno, y en la BSO, pero John Williams sigue siendo John Williams y la calidad no ha cambiado (sigue siendo increíble). Pero el resto es basura: el hilo argumental es muy débil, todos los personajes son odiosos, las historias paralelas no añaden nada sino que distraen, los momentos de tensión están mal elegidos, la relación causa-efecto está completamente al revés.
Pero, más importante y por encima de todo, la trilogía de precuelas destroza sin piedad todos y cada uno de los momentos mágicos de la trilogía original. Todos. No hay nada que quede a salvo del expolio y distorsión. Ése es el mayor delito de las precuelas. Y gracias, de verdad gracias, porque GLucas haya decidido no hacer una secuela.